Buenos días.


    Me llamo Abayomi Adamu, nací en el pueblo de Binji en el estado de Sokoto, al norte de mi país, Nigeria.

    El continuo conflicto en mi región debido a problemas religiosos y de todo tipo, la falta de alternativas para tener un futuro, cualquier futuro, porque la muerte te acechaba en cada esquina y debajo de cada árbol, hizo que tomara la decisión, hoy hace ya cuatro años, de irme de mi tierra.

Después de innumerables peripecias, que serían muy largas de contar , pude, por fin, llegar a Marruecos y conseguir con el último dinero que me quedaba un "pasaje" en una patera que salía de una zona cercana a Benzú. Tras una travesía terrible acompañado de otras 23 personas, mujeres, 3 niños, casi todos marroquíes, aunque había también una pareja de Mali, desembarcamos en una playa pequeña y solitaria y comenzamos a correr en todas direcciones.


Como he dicho esto ocurrió hace cuatro años. Hoy vivo en Sevilla y he ido encontrando trabajos esporádicos e irregulares, conviviendo en pisos "patera" con hasta 12 personas. Ya hace dos años que trabajo de camarero en una cafetería del centro, conocí a quien hoy es mi pareja de hecho, un español y regularicé mi situación. Ahora mismo estoy en espera de que me den la nacionalidad.

Les cuento todo esto porque no ha sido nada fácil, aunque pueda parecer que he tenido suerte (muchísimos no la han tenido). Al principio, me colocaba en las plazas de pueblos pequeños en espera de que me recogiesen para trabajos de un día y poder ir tirando, después conseguí un contrato de "acumulación de tareas" en un restaurante y a partir de ahí fui dando tumbos de un sitio a otro.

No tenía compañeros ni amigos, mi condición de extranjero y negro, no ayudaba en absoluto. Más de una vez tuve que sufrir insultos y desprecios. En más de un lugar no me contrataban precisamente por esa combinación.

Cuando conocí a Javier, mi pareja, creí que al ser español las cosas iban a cambiar, pero todo lo contrario, le atraje a el también todos los prejuicios que yo soportaba. En vez de mejorar mi situación, empeoró la suya. A la hora de buscar un alquiler, cuando veían que éramos una pareja interracial y además gay , a veces con excusas y otras abiertamente nos decían que no. Vivimos ahora en una habitación en un piso compartido con estudiantes.

Hace solamente una semana, al salir de tomar unas cervezas de un local, un grupo de jóvenes que nos vieron pasear dados de la mano, comenzó a insultarnos: "maricones de mierda", "qué negro más feo llevas maricón" y otra "lindezas" por el estilo. Cuando aceleramos el paso para evitarles, llegaron en tropel y comenzaron a darnos patadas, puñetazos, incluso golpes con una porra o un palo. Ahora mi novio está la UCI debatiéndose entre la vida y la muerte. Parece que en ningún sitio esta uno libre de esta lacra de la violencia, la xenofobia, la homofobia y la falta de libertad. Para los que os penséis que por ser españoles estáis libres de esto, os cuento mi caso.


La historia de Abayomi, contiene todos los elementos de discriminación interseccional (negro y gay), múltiple (negro, gay, inmigrante). Representa un caso claro de delito de odio por racismo, xenofobia y orientación sexual.

Esta historia no es real, la he inventado, pero, por otro lado es muy real, está ocurriendo con demasiada frecuencia. Por ello es necesario estar siempre alerta y la labor de las instituciones, de las Fuerzas de Seguridad, de los jueces y legisladores debe entroncar con los nuevos tiempos y acabar con esta lacra fruto de la ignorancia y la intransigencia. Es necesario si queremos avanzar como democracia y como país.


Comentarios

Entradas populares de este blog